Insomnio
Mientras escribo esto son casi las tres de la madrugada. No me puedo dormir. No puedo parar de pensar en cosas tristes, en días felices (pasados), en sonrisas azules, en pies descalzos, en ojos risueños y en gafas de pasta. Pienso y no duermo y entonces no sueño. Mañana vuelvo a trabajar, y quizás sea por eso que estoy en pleno síndrome post-vacacional tras un mes entero sin pensar en el reloj, y sin pensar en nada relacionado con el banco. Prefiero volver a las sonrisas azules que se me van, o a la soledad que me rodea, el eco de la caldera, el motor del frigorífico, el silbido de los radiadores, la ausencia de calma en mi interior. Hace un momento estaba llorando sin saber muy bien porqué. Tanta inestabilidad emocional no puede ser buena. Ayer a estas horas estaba saltando como un loco, rodeado de gente a la que quiero... falta algo. Necesito paz interior, aprender a disfrutar sin bajar al infierno al día siguiente. Ahora voy a intentar por cuarta vez apagar el ordenador, tumbarme en la cama, cerrar los ojos y dejar que se vayan los fantasmas de la noche por donde han venido. Con suerte no me acordaré de ti.
Etiquetas: Vivencias
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