Viviendo del cuento

Ayer volví al puerto de la America's cup, ese evento que dice ser la fórmula uno del mar. A mí estas cosas me dan un poco igual, es más, me dan bastante rabia, porque no deja de ser una inversión millonaria para que cuatro se lucren, a lo mejor quien dice cuatro dice cuatrocientos, pero vamos, seguro que Valencia necesita mucho más otra serie de infraestructuras y de instalaciones que no son un puerto de recreo o un escaparate donde exponer una dolce vita almendrada y anaranjada. La verdad es que la gente por aquí está orgullosa de la Copa América y vive convencida de que el estado español gobernado por los malos ha dado la espalda a esta tierra, y les niega toda clase de inversiones; así que el sufrido pueblo valenciano sacando fuerzas de flaqueza, acosado por el norte por el expansionista vecino catalán, y por el oeste por el enemigo gobierno central, debe vivir casi en la autarquía. Ellos se lo creen completamente en serio, esto lo salpimentan además con una siempre presente teoría de la conspiración arbitral que hace imposible que el Valencia CF pueda hacerse con el título de liga.

Así las cosas vivo rodeado de héroes anónimos que con su esfuerzo, dedicación, trabajo y sacrificio sacan adelante esta tierra a pesar del empeño enemigo. Sin agua y sin Ave están convencidos de que el Estado no invierte ni un solo euro por aquí. A la segunda semana dejé de discutir, era absurdo. A la tercera me dejó de afectar. Ya sabéis los madrileños que en Madrid no pagamos IRPF, el Estado nos regala vivienda, calefacción, electricidad y agua en abundancia. El Estado, además, nos subvenciona con una ayuda de 1200 euros mensuales para nuestros vicios. En Madrid vivimos a costa del esfuerzo de toda España... eso lo sabemos nosotros que cobramos, pero que hemos prometido no decir nada a nadie. Hoy rompo mi silencio y lo admito. En Madrid vivimos del cuento.

No tengo más que decir.