22 enero 2007

Así se quedó bajo el marco de la puerta con la cabeza ladeada hacia su derecha. Me miraba desde otro tiempo y desde otro patio, pero no encontraba la fuerza para pronunciar las palabras adecuadas y enjugar sus lágrimas. Así que me fui pensando en otros ojos y en las palabras más bellas del mundo, sin embargo algo debió fallar en aquel mismo instante, cuando detrás de una ventana se coló una melodía que llenó mis recuerdos de otros tiempos y otros patios. Y ya nunca pude olvidar aquella mirada de pinar y cebada empapada por la lluvia del tiempo con olor a tierra mojada y hierba recién cortada.

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