10 agosto 2007

Ogni tanto mi chiedo cosa stiamo aspettando... Silenzio.
Che sia troppo tardi, madame.
Pues eso, a veces yo mismo me pregunto qué es lo que estamos esperando, para qué damos tantos rodeos absurdos para llegar a la esencia de las cosas. Porqué no nos decimos las verdades a la cara y nos dejamos de agotadores circunloquios que no conducen a ningún sitio. Damos vueltas a lo mismo, y no afrontamos los hechos con palabras claras y precisas, las justas y necesarias, aquellas que desencadenan el comienzo de historias.
Pero no lo hacemos así, el peso de la historia nos puede, nos atenaza o incluso nos cohíbe. Tanto peor para nosotros porque el reloj, mientras tanto, no se ha parado.

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