19 abril 2008

Congelado
Volví para comprobar si mis zapatillas se habían secado y un halo de luz se filtró por la ventana del baño creando una atmósfera de miedo y frío. Me estremecí, y al palpar la tela roja comprobé que seguía tan calada como la amargura de los sueños rotos. Había vuelto en moto bajo la lluvia. Una sensación de poder y a la vez de fragilidad. Te vuelves muy frágil e inestable pero te sientes vivo al deslizarte bajo el agua sintiendo las gotas golpearte la cara bajo la visera levantada del casco. Llegué a casa empapado hasta los huesos y con la moral un tanto por los suelos, maldije unas cuantas veces la suerte, la buena y la mala, la noche, sus aliados y sus enemigos. Las miradas perdidas de las personas, el deseo incontenible, el miedo, el rencor. Malos hábitos. Debería ser capaz de quedarme en casa un fin de semana entero y no sentir por ello que mi vida se dirige hacia una cloaca. Al final es casi peor cuando salgo y me doy de bruces con la realidad. Odié un poco al mundo, pero sobre todo me odié a mí mismo. Encendí el ordenador y me puse a escribir… y así estoy con el móvil en la mano esperando un sms que de sobra sé que no va llegar, llenando de amargura estúpida esta tarde de lluvia. Nadie tiene el derecho de hacerme sentir mal, ¿por qué se lo consiento? ¿Por qué otorgo esa capacidad? De sobra sé que no sonará el móvil y de sobra sé que saldré con la ansiedad de la necesidad empujando desde dentro de las tripas y me desbocaré en una orgía de alcohol y frustración arremolinándome en una espiral de destrucción masiva de la que de momento nadie es capaz de sacarme. Ni siquiera yo mismo. Confío en que la vida dé un giro, un vuelco inesperado, algo que me catapulte hacia otro estado, aunque sea de forma temporal. Necesito la sedación de un amor, aunque sea efímero, que me devuelva a la vida, que me saque del vacío en el que estoy.
Escribiré mil veces más lo mismo.

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2 Comments:

At 23 de abril de 2008, 23:14, Blogger Lara said...

La noche supongo que nos acerca esos sentimientos. Porque es cuando más añoramos el roce de un cuerpo.

Hace tiempo que decidí obviar esa parte de mi vida. Hasta que volvió, no hace mucho, de la mano de un hombre con una risa encantadora.

¿Por qué lo permitimos? Quizá sea que nos gusta ese cosquilleo estomacal cuando los vemos.

Recemos (o lo que sea) porque se vaya el miedo y el rencor. Pero no el deseo (eso es lo mejor).


*biquiños

 
At 21 de mayo de 2008, 2:11, Anonymous Anónimo said...

siempre puedes estar mejor,
no hay otra manera de tomarlo, ese es el problema,
yo me he propuesto estar mejor,
estoy en la otra puta punta del mundo , en USA. mi ya ex-pareja pusilanime hace su Phd en mexico y aunque soy delgadita, no debo caber en su nueva vida. La soledad estando tan lejos de quienes podrian abrazarme es angustia. Va directamente a las tripas. Siempre hay alguna historia mas jodida, mas dura, y el puto tiempo va a ir barriendo las pelusas.

 

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