31 enero 2007

Tus palabras me importan. Tus esperanzas me importan. Tu felicidad. Tu futuro. Tus necesidades. Tus deseos. Tu imaginación. Tu miedo. Tus fobias. Tus vicios. Tu cuerpo. Tus manías. Tu insomnio. Tu trabajo. Tus amigos. Tu alegría. Tu vida...

¿Te he dicho alguna vez cuánto me importas?

Probablemente no, sabes que sólo lo pienso cuando no estás, cuando te siento lejos, cuando sé que te estoy perdiendo.

Ojalá pudiera rebobinar la cinta.

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1 Comments:

At 3 de febrero de 2007, 17:09, Blogger Violeta Tomás said...

Probablemente sí. Y si no lo dijiste, lo sabía. Y precisamente por saberlo tuvo que vestir de indiferencia el exceso de importancia, para compensar.

La vida, a veces, es sencillamente así de cínica.

 

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