30 abril 2007

Pecados más dulces que un zapato de raso

Gula de tu vientre satinado;
envidia de tu sudor, que
emana de ti;
avaricia de tus miradas;
ira de saberte lejos;
soberbia de que me hayas elegido;
pereza de vivir sin ti.
Y -sobre todo-: lujuria,
lujuria abrasadora que
me hace desear la vida entera
cuando estoy contigo.

Eduardo Haro Ibars

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