Mi vida como una sucesión de capas superpuestas. Muchas vidas dentro de la misma, episodios aislados que constituyen un todo no demasiado homogéneo. Retales cosidos por hilos invisibles... pienso en este tipo de cosas mientras espero el vuelo a Valencia, es domingo y son las 22.00. Espero enfrente de una chica italiana que debe tener diez años menos que yo, muy pija, mientras habla con su novio... ciao amore y demás frasecitas me recuerdan a Milán y a Irlanda (extrañamente), concretamente me recuerdan a Monica y su capacidad para dar cariño y sonreír cuando sólo teníamos dieciséis años. He vivido varias vidas en una y en ninguna de ellas he decidido quedarme, en todas me ha empujado una fuerza superior a explorar otros mundos, otras alternativas. Cada experiencia suma pero a veces creo que me falta unidad, ese algo que une unas vidas con otras... no sé, supongo que son paranoias de aeropuerto.
"Amore, riesco a sedurre anche i vecchi, no amore, è un signore in fronte a me che mi stà fissando, no, ho detto vecchio, tipo sessant'anni... senti, hai fumato? Non mi piace quando fumi, sembri addormentato, sembra che mi stai prendendo in giro, no amore, anch'io amore..."
Sin palabras... esta chica me deja sin palabras, y eso que no le habéis visto la gorra que me lleva. En fin, embarco.
Feliz vuelo.
Etiquetas: Vivencias
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