10 julio 2007

Ciber
Entonces eligieron la película y salieron de mi vida. Yo me quedé allí, sentado (aquí quiero decir, delante de esta pantalla). No me atreví a ponerme de pie, recorrer la escasa distancia que me separaba de ellas y pedirles que me dejaran ver la peli con ellas, que no tenían nada que temer, que me sentía solo y un poco naúfrago y además me venía muy bien practicar un poco el francés. Pero no hice nada de eso, en cambio me puse de nuevo a escribir un nuevo post, este. El de la gente que escribe la vida que no se atreve a vivir. Los que nos castigamos demasiado por nuestra ausencia de valor.

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