31 enero 2007

Tus palabras me importan. Tus esperanzas me importan. Tu felicidad. Tu futuro. Tus necesidades. Tus deseos. Tu imaginación. Tu miedo. Tus fobias. Tus vicios. Tu cuerpo. Tus manías. Tu insomnio. Tu trabajo. Tus amigos. Tu alegría. Tu vida...

¿Te he dicho alguna vez cuánto me importas?

Probablemente no, sabes que sólo lo pienso cuando no estás, cuando te siento lejos, cuando sé que te estoy perdiendo.

Ojalá pudiera rebobinar la cinta.

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29 enero 2007


Esta manifestación ha roto mis esquemas. Ver a Comisiones Obreras y la UGT apoyar y defender a la guardia civil no es una imagen con muchos precedentes. También resulta muy curioso que en el siglo XXI se debata sobre el derecho de sindicación de los trabajadores de una organización con fines claramente civiles. Los tiempos están un poco locos, igual dentro de pocas semanas las aguas vuelven a su cauce y volvemos a ver a los civiles correteando con los cascos carretera arriba persiguiendo a los sindicalistas... como toda la vida. Prefiero los nuevos tiempos, sinceramente.

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28 enero 2007

LUCES NOCTURNAS
Marina vivía en el edificio de enfrente, tenía una larga melena rubia y una piel que brillaba muy fina y muy clara bajo la luz de su flexo. Todas las noches, cuando el resto de la ciudad dormía Marina encendía su flexo y se sentaba callada en su mesa frente al enorme ventanal. Allí permanecía horas, estudiando sin más descanso que la breve tregua que le daba un café que preparaba con meticulosidad antes de sentarse a estudiar y al que se abandonaba cada hora y media. Yo, durante aquellas primeras semanas apenas prestaba atención a esa joven de aspecto frágil que acababa de mudarse al edificio recién construido al otro lado de la calle, aunque siempre la veía al bajar las persianas antes de irme a dormir. Poco a poco me fui acostumbrando a aquella liturgia diaria y así empecé a darle las buenas noches antes de apagar la luz. Al poco tiempo me acostumbré a permanecer en la penumbra de mi habitación tumbado en mi cama observándola, me acostumbré a dormir con las persianas subidas espiándola en la distancia hasta que el sueño me vencía. La llamé Marina una noche de abril en la que se desató una gran tormenta y ella permaneció inmóvil junto a la ventana durante más de media hora, con la mirada clavada en el horizonte y la cabeza ladeada reclinada sobre el cristal. Ya tenía un nombre, ahora me faltaba establecer contacto con ella. Cuando llegó el mes de mayo empecé a estudiar también yo pues debía preparar mis exámenes de junio, y aprendí a seguir sus ritmos y sus costumbres, aunque me pasaba ratos enteros mirando hacia la ventana, con la mirada elevada hacia el quinto piso, letra aún desconocida, deseando acariciar un pijama de raso verde. Me acompañaba una radio en la que un locutor hablaba muy despacio, racionando unas palabras cargadas de un humo muy denso y muy antiguo que viajaba por las ondas volviendo la atmósfera pesada y dilatando las pupilas. Descubrí grandes canciones en aquellas semanas, que para siempre han quedado ligadas al recuerdo de Marina y a los últimos estertores de la adolescencia. A las dos de la madrugada siempre ponían la misma canción y el locutor con su voz profunda y de otro tiempo se dirigía a todos aquellos que estábamos estudiando para que apagáramos y encendiéramos nuestro flexo tres veces, emitiendo una señal hacia el exterior. Quizás él imaginara la ciudad alfombrada de minúsculas luces centelleando a la vez como un enorme cielo estrellado. Enseguida me entusiasmó la idea y apuntaba mi flexo hacia la ventana, uno, dos, tres… en intervalos de un segundo emitía mi señal; luego volvía a colocarlo en su posición habitual y me asomaba para ver si alguien más compartía ese ritual conmigo detrás de las escasas ventanas en las que aún quedaba alguna luz. Enseguida volvía a mi mesa decepcionado y retomaba el estudio durante un rato más, nunca más de media hora.

Una noche mientras leía una obra de teatro de la posguerra fijé involuntariamente la mirada en la ventana de Marina, y extrañamente ésta no estaba sentada estudiando sino de pie, desnuda, mirándose frente al espejo. La veía duplicada, su espalda ladeada frente al reflejo de su vientre desnudo, su pecho desnudo y sus manos explorándose. Fue un instante fugaz, un parpadeo mágico, que se desvaneció tras la puerta del baño. Me quedé paralizado con el corazón desbocado, me lancé sobre los prismáticos y los fijé sin pestañear con la mirada clavada en aquella puerta, frontera infranqueable de mis sueños. Tardó diez minutos en salir, con el pijama de raso verde ya puesto, se bebió un café y se puso a estudiar. Yo no podía más que espiar atentamente, observar cada uno de sus movimientos, pero ella parecía decidida a estudiar durante otra buena hora y media. ¿No pensaba explicarme qué había pasado ahí dentro?

Tres días después exactamente a las dos y dos minutos de la madrugada apunté como todas las noches mi flexo hacía la ventana, uno, dos tres… en intervalos de un segundo emití mi señal. Ya no me importaba si más gente hacía lo mismo o no y sin embargo en aquel momento, desde la ventana de Marina, uno, dos, tres… ella me respondía. No podía creerlo, ella me respondía a mí. Puede que ella también me observara, puede que ella estudiara igual de poco que yo y se pasara los ratos muertos mirando hacia abajo, exactamente dos pisos más abajo justo enfrente. Me puse de pie me acerqué a la ventana y la abrí, corría un viento demasiado frío para ser de finales de mayo. Me quedé de pié inmóvil mirándola fijamente, sin embargo ella no me imitó y apagó la luz. No volvió a aparecer, quizás desde la oscuridad sorda de su pieza me mirara estremecerme de frío llamándola.

Dos días después me colé en su edificio y supe por su buzón que se llamaba Cristina, cuando el ascensor me vomitó a la quinta planta caminé resuelto hasta su puerta. Tuve que llamar dos veces antes de que Cristina y no Marina me abriera, vestida con unos pantalones de tela blancos y un top azul me preguntó qué quería. Sin embargo yo deseaba a Marina, a mi imagen de Marina, a mis sueños de Marina, y Cristina no era ella. Lo siento me he equivocado de piso, fue todo lo que acerté a decirle.

Durante el mes de junio los exámenes los preparé en la biblioteca pública de Argüelles, donde me sentaba siempre frente a una chica preciosa a la que decidí llamar Laura.

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22 enero 2007

Así se quedó bajo el marco de la puerta con la cabeza ladeada hacia su derecha. Me miraba desde otro tiempo y desde otro patio, pero no encontraba la fuerza para pronunciar las palabras adecuadas y enjugar sus lágrimas. Así que me fui pensando en otros ojos y en las palabras más bellas del mundo, sin embargo algo debió fallar en aquel mismo instante, cuando detrás de una ventana se coló una melodía que llenó mis recuerdos de otros tiempos y otros patios. Y ya nunca pude olvidar aquella mirada de pinar y cebada empapada por la lluvia del tiempo con olor a tierra mojada y hierba recién cortada.

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Olvida quién eres. Olvida porqué estás aquí y dónde estuviste antes. Libérate. Apenas me conoces aunque creas lo contrario. Cierra los ojos y desnúdate despacio. No voy a decirte dos veces las cosas, así que escucha con atención y aprende deprisa.

1. No dejes de correr hacia la luz.
2. No mires atrás.
3. Cuando dudes, sigue corriendo.
4. No tengas miedo.
5. El vértigo será tu aliado.

Cuando estés en el aire habrás llegado a tu destino. Ya serás libre para caer en paz.

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21 enero 2007

Demasiada incertidumbre en estos últimos días, de ahí mi ausencia. Se va aclarando el futuro profesional en algunos aspectos y en otros, como siempre, se añaden nuevos factores de distorsión.
Pronto veremos nuevos episodios, porque la vida no se detiene aunque no escriba, y no me resulta sencillo resumir todo lo acontecido estos días.
En breve más

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10 enero 2007

Conciencia de ser consciente. Inconsciencia de ser coherente.
Ya me has vuelto a enredar. Te dije que no volvieras con la intención de enmarañar las cosas y ahí me dejas con toda la madeja ante mis ojos... ¿y ahora qué? Entre el árbol y el sol, sin ida y sin vuelta, en mitad del camino a ninguna parte, frágil y quebradizo como una hoja de diciembre. ¿Acaso se puede pensar en la esperanza? La habitación no es fría pero sí solitaria y además ahora no cantan los pájaros al amanecer; Espero que no vuelvas nunca más con tus preguntas absurdas y tu retórica deslumbrante, que me dejes tranquilo con mi vida que lo último que necesita es el canto de las sirenas de Ulises. Yo no me voy a atar al árbol mayor, te prevengo, sabrás que si me arrastras iré donde me pidas, y si me tropiezo intentaré volver a levantarme, sabrás que no estaré huyendo de ningún lado sino persiguiendo una utopía y que algún día separaré mi cuerpo de mi alma para que por fin pueda volar libre y sin ataduras. Ese día no serás ya nada, pues nada le podrás decir a un espíritu puro y sin miedo, ese día no valdrás más que como combustible instantáneo de un viaje infinito. Mientras siga junto al cuerpo y viva lleno de miedo, de frustraciones y de anhelos no eres más que un susurro incómodo y una voz desleal, pero al fin y al cabo creo que eres necesaria.

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09 enero 2007

La güeb

Definitivamente aunque parezca un tópico estoy convencido de que el arte se ha universalizado y campa a sus anchas en cientos de webs desconocidas... la red ha permitido a miles de personsas expresarse como mejor pueden, escribiendo en blogs, publicando fotos, diseños, ideas, proyectos... sin querer parecer Punset digo un enorme SÍ al arte universal, al contacto directo del artista y el público, a la interacción.

La vida está pasando mientras escribo y escucho música y me emociono con algunas cosas que me da vergüenza admitir, la vida está en todas partes, de forma simultánea y dinámica. Y yo con estos pelos mirándola pasar desde la ventana, leyéndola en el portátil, sintiéndola en cada acorde. Basta con estas descargas de existencialismo de todo a cien.

PD: No podéis dejar de ver http://www.youtube.com/watch?v=vibL3s54RN8: "hoy vengo a parlamentar sobre un mundo que, siendo hermoso, ha degenerado en un sindiós y un dislate"
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Audio :: Moloko - The time is now

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Últimamente escucho mucho a las canadienses “the organ”, un grupo para volver a los sonidos oscuros del fondo del garaje. Cada vez que pongo el disco es como si me transportara al sótano del Jazz Madrid, y me imagino un poco ebrio moviendo la cabeza de un lado a otro, mientras digo algo que debe sonar así como “esto mola ¿eh?”. Supongo que si en aquella época hubieran sonado ahí habría dicho algo parecido. El organo que acompaña cada melodía contribuye a sumergirme en ese ambiente cargado de humo y de alcohol, las guitarras recuerdan vagamente a los Smiths y la atmósfera en general es profundamente ochentera, a veces incluso me recuerdan al primer disco de Héroes del silencio, quizás porque ya empiezo a ser un carca me ha encantado encontrarme con ellas, como siempre gracias a la red… sí, sí, esa misma red que algunos dicen que acabará con la música y que sin embargo a quienes nos gusta la música no hace sino enriquecernos de sonidos. En fin… es una pena que las haya conocido ahora que se acaban de separar, en todo caso son muchas las horas que aún me deben acompañar Ashley, Debbie, Katie, Jenny y Shelby.

Audio:: The Organ - I am not surprised

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08 enero 2007

Quién fuera Silvio Rodríguez...

Estoy buscando una palabra
en el umbral de tu misterio.

¿Quién fuera Alí Babá?
¿Quién fuera el mítico Simbad?
¿Quién fuera un poderoso sortilegio?
¿Quién fuera encantador?

Estoy buscando una escafandra,
al pie del mar de los delirios.

¿Quién fuera Jacques Cousteau?
¿Quién fuera Nemo el capitán?
¿Quién fuera el batiscafo de tu abismo?
¿Quién fuera explorador?

Corazón oscuro,
corazón con muros
corazón que se esconde,
corazón que está donde,
corazón en fuga,
herido de dudas de amor.

Estoy buscando melodía
para tener cómo llamarte.
¿Quién fuera ruiseñor?
¿Quién fuera Lennon y McCartney,
Sindo Garay, Violeta, Chico Buarque?
¿Quién fuera tu trovador?

Corazón oscuro,
corazón con muros
corazón que se esconde,
corazón que está donde,
corazón en fuga,
herido de dudas de amor.

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07 enero 2007

LOUIS FERDINAND CÉLINE - VIAJE AL FIN DE LA NOCHE
" Los hombres se aferran a sus cochinos recuerdos, a todas sus desgracias, y no se les puede sacar de ahí. Con eso ocupan el alma. Se vengan de la injusticia de su presente revolviendo en su interior la mierda del porvenir. Justos y cobardes que son todos, en el fondo. Es su naturaleza.
(...)
Para el pobre existen en este mundo dos grandes formas de palmarla, por la indiferencia absoluta de sus semejantes en tiempos de paz o por la pasión homicida de los mismos, llegada la guerra. Si se acuerdan de ti, al instante piensan en la tortura, los otros, y en nada más.¡sólo les interesas chorreando de sangre, a esos cabrones! Princhrad había tenido más razón que un santo al respecto. Ante la inminencia del matadero ya no especulas demasiado con las cosas del porvenir, sólo piensas en amar durante los días que te quedan, ya que es el único medio de olvidar el cuerpo un poco, olvidar que pronto te van a desollar de arriba abajo. "

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06 enero 2007

Ahora mismo podría hablar de lo de siempre... de echar de menos a la gente, de enamorarse de personas de las que uno sabe a ciencia cierta que no puede llegar a nada etc... sin embargo no pienso hacer eso. No tengo claro lo que pienso hacer pero sé que no puedo seguir anclado, con el corazón en un puño, en personas que son geniales, grandísimas, maravillosas, pero que tienen sus respectivos corazones ocupados por otros... así que desde ahora, desde el solemne pedo que llevo, proclamo solemnemente que otro albè es posible. Para el que quiera disfrutarlo como para el que sólo quiera visitarlo por curiosidad este blog seguirá abierto hablando del Albè que mira hacia el futuro.
Por supuesto esto lo digo pedo en este instante, mañana estaré sobrio de nuevo y la evidencia de la vida me pondrá frente al Albé más melancólico, el Albè más habitual.
Son cosas que pasan.

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05 enero 2007



Queridos reyes magos, como este año me he portado muy bien...

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04 enero 2007

Arrogante

Cierra los ojos, arrúllame sobre mi ombligo
y vuela
desata la ira de los cielos
con tu furia estremece mis sentidos
paséate orgullosa
a lomos de tus sueños
triste vanidad acomplejada
dibuja con sonrisas un mundo
de estelas de plata

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03 enero 2007

Mis necesidades para el 2007:

- Aumentar la dosis de sucedáneo de relación estable
- Reducir el consumo de sucedáneo de pasión violenta.
- Estudiar Ética, Historia de la filosofía antigua, Antropología

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02 enero 2007

Escucho un zumbido de fondo desde el oído izquierdo, suena como un claxon lejano y levemente apagado. El oído derecho lo tengo reventado, creo que es el tímpano. La mirada fija frente a los restos de cristales rotos de lo que fue este salpicadero. El forense dirá en su informe que además del tímpano tengo reventado el bazo, el pulmón derecho y el hígado. Me huelo que mañana tendré un día movido, vendrán mis amigos y mis familiares a velarme, tendré que poner mi mejor cara de cadáver joven y simpático. Son cosas que pasan, se dirán los más pragmáticos, lo peor se lo llevará mi madre, a ella no la podrán consolar. Será un trauma para mis amigos, pues soy el primero según creo. Todo eso no me importa ya demasiado la verdad. Sigo con la mirada fija junto al airbag deshinchado y no sé muy bien en qué pensar. Imagino que vivir era esto y no sé si lo hice bien o mal, en todo caso ya no podré volver para comprobarlo, así que me quedaré sin aumento de sueldo. Siempre fui así de convencional. Me pasé todo el tiempo buscando otro tipo de vida que no tenía pero nunca me atreví demasiado a luchar por ella, más bien me dejé llevar por la multitud, por mis padres, por mis amigos, algunos, por las novias, algunas también. Me apetece brindar por todas las chicas que nunca tendré, como decía la canción de Mano Negra. Se ha saltado la mediana el que venía de frente, no me ha dado demasiado tiempo a reaccionar y encima he reaccionado mal, hacia el otro lado me he dicho, pero ya tenía la mirada fija. Siempre tarde. Me apetecería dormir pero estoy como cuando sabes que necesitas descansar en un vuelo que te lleva a Europa sobre el Atlántico y tan solo logras contar ovejas y mirar a la chica de al lado de reojo. Huele a gasolina e imagino que hace frío. Las carreteras de enero están heladas a esta hora, en breve se empezará a levantar la niebla y llegará el juez tras la Guardia Civil, el procedimiento me lo conozco por la facultad no porque lo haya vivido antes. Espero que recuerden que tenía un seguro de vida para anular la hipoteca si pasaba esto. Mi casa no es muy grande pero pueden vivir dos personas, además no tengo demasiadas cosas que tirar, no costará demasiado alquilarla o venderla. El coche no creo que valga más que como chatarra después de este lavado de cara que le he dado hace un momento. No me queda mucho más de lo que hacer recuento, lo demás me lo llevo puesto. Tan solo deseo que en la lápida alguien venga a poner “mis amores” como al final del cuento de Clarín, aquel que se llamaba “un viejo verde”.

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Insomnio
Mientras escribo esto son casi las tres de la madrugada. No me puedo dormir. No puedo parar de pensar en cosas tristes, en días felices (pasados), en sonrisas azules, en pies descalzos, en ojos risueños y en gafas de pasta. Pienso y no duermo y entonces no sueño. Mañana vuelvo a trabajar, y quizás sea por eso que estoy en pleno síndrome post-vacacional tras un mes entero sin pensar en el reloj, y sin pensar en nada relacionado con el banco. Prefiero volver a las sonrisas azules que se me van, o a la soledad que me rodea, el eco de la caldera, el motor del frigorífico, el silbido de los radiadores, la ausencia de calma en mi interior. Hace un momento estaba llorando sin saber muy bien porqué. Tanta inestabilidad emocional no puede ser buena. Ayer a estas horas estaba saltando como un loco, rodeado de gente a la que quiero... falta algo. Necesito paz interior, aprender a disfrutar sin bajar al infierno al día siguiente. Ahora voy a intentar por cuarta vez apagar el ordenador, tumbarme en la cama, cerrar los ojos y dejar que se vayan los fantasmas de la noche por donde han venido. Con suerte no me acordaré de ti.

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